Insólita respuesta del Nobel a Hebe de Bonafini
Tras 19 días y 500 noches de pensarlo, el último premio Nobel de literatura, el peruano Mario Vargas Llosa, desde Madrid, optó por replicar con otra muy breve, la carta que Hebe de Bonafini le había entregado en mano, casi un mes atrás, minutos antes de su conferencia en la Feria del Libro.
En aquella oportunidad, la presidenta de las Madres le había solicitado que sume su firma a un petitorio en favor de la libertad de expresión, debido a la censura que impone Cablevisión a la señal CN23, donde Hebe conduce junto a Teresa Paradi el programa de frecuencia semanal “ La Clementina ”.
Mediante una nueva misiva fechada el 10 de mayo en la capital española, arribada una semana más tarde a Buenos Aires, el escritor peruano le dice a la titular de las Madres de Plaza de Mayo, que tras haber reunido “suficiente información como para saber que se trata de un tema absolutamente local, una diferencia entre una empresa privada (Cablevisión) y una cantante (sic) que no afecta para nada el tema de los derechos humanos ni la libertad de expresión”, decidió que “no voy a sumarme a este pedido”.
Para el escritor, sólo se trata de “un tema absolutamente local, una diferencia entre una empresa privada y una cantante”. ¿Acaso hay que acceder al título de escritor y obtener un galardón internacional en literatura, para alcanzar el status de censurado, tan caro al mito del liberal apesadumbrado por la sociedad contemporánea, especialmente aquéllas que atraviesan procesos socio-políticos de transformaciones materiales y simbólicas, y que son ejecutados por los Estados de esos países?
Si no cree que es “censura” la política que el Grupo Clarín aplica en su empresa en el negocio del cable, respecto de los canales que no son afines a su línea ideológica, así sean estatales, y que consiste en negárselos abusivamente a sus clientes en la oferta televisiva, ¿por qué no explica entonces cuál es esa “diferencia” entre un privado y una cantante, que efectivamente observa en el planteo de Hebe? ¿Será para él que la libertad es más libre para unos que para otros? ¿Lo que para los liberales es “censura”, si de progresistas se trata, se llama “diferencia”?
Las respuestas a veces sobran. Sólo un último interrogante queda suspendido en el aire: ¿quién habrá proporcionado a Vargas Llosa “la suficiente información” que el escritor solicitaba para “averiguar con cierta exactitud la raíz del problema”.
La carta del escritor peruano
Madrid, 10 de mayo de 2011
Sra. Hebe de Bonafini
Presidenta
Asociación Madres de Plaza de Mayo
Estimada señora:
No he querido contestar a su solicitud de sumarme a la protesta contra Cablevisión sin averiguar primero con cierta exactitud la raíz del problema. Por fin he reunido suficiente información como para saber que se trata de un tema absolutamente local, una diferencia entre una empresa privada y una cantante que no afecta para nada el tema de los derechos humanos ni la libertad de expresión. Por lo tanto, no voy a sumarme a este pedido.
Le agradezco que asistiera a mi conferencia en la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires y le envío un saludo.
Mario Vargas Llosa
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