Son 12 mujeres grandes ya,
sentadas a lo ancho de la mesa.
Almuerzan con gusto y sin ganas como
quinceañera que hace tiempo para ir a bailar.
Dejan sin terminar el plato en la pileta.
De a una agarran su banqueta y
en fila se dirigen a sala de reunión.
Debatirán con rigor de físicos desde
la marcha del mundo hasta
la receta de los fomentos.
A la salida del encuentro
ninguno que no sea ellas
sabrá nunca qué dijo cada quién.