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Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires, Argentina Demetrio Iramain nació en Buenos Aires, en mayo de 1973. Es poeta y periodista. Tiene algunos libros de poemas publicados, otros permanecen inéditos, y algunos textos suyos integran tres antologías poéticas editadas en el país. Dirigió la revista Sueños Compartidos y actualmente, ¡Ni un paso atrás!, ambas de la Asoiación Madres de Plaza de Mayo. Es columnista de Tiempo Argentino y Diario Registrado. En radio, co conduce el programa Pra frente (P’frenchi), en la AM 530, La Voz de las Madres.

martes, 20 de noviembre de 2012

sol

a Palestina

¿quién sabe hablar la lengua del pueblo palestino?
¿quién se anima a tocarla con un palo
...

para ver qué sale de allí,
un silencio aunque sea?

el israelí que aprieta el botón y suelta bombas sobre gaza,
sobre los niños de gaza,
sobre las mujeres y los viejos de gaza,
sobre el alimento que
ya no dará de comer a nadie en gaza, y

desconoce los suspiros, los enigmas, las angustias y no
del colonizado como si éste fuera
ajeno, extranjero, animal,
¿sabe? ¿se olvidó que
alguna vez fue hombre?

para escribir en hebreo hay que hacerlo desde el fondo del
renglón hacia el principio.

si en nuestro latino corazón leemos la orden militar israelí
primero sabremos que cayó rota de un bombazo
la escuela con cuarenta niñitos dentro y
después recién que fue un misil del estado.

¿cómo no lo sabría entonces el sionista
que apretó el botón?

por lo demás, muchas cosas podremos no comprender
de esa añeja y dolorida lengua árabe y
sin embargo sí leemos qué dicen ahora quienes
hablan palestino y le ponen su cuerpo a
la palabra que nombra la libertad.

su propia carne en llaga viva entregan
todavía a sus misterios,
para que esa palabra
exista,
sea,
respire bajo los escombros de
la invasión.

por sus ojos se sabe qué dicen
los palestinos cuando lloran,
sus mujeres cuando se abrazan,
los niños y niñas que andan por ahí,
entre los cascotes, cuando miran
sorprendidos a ésa,
la famosa muerte que pasa.

por el modo de mirar hacia una
sombra se sabe qué están diciendo;
siempre hacia una sombra donde
otros verían el sol.

otros, otras, por ejemplo: yo
que a miles de kilómetros de las
bombas veo el sol, ese lujo vulgar
de los hombres que no mueren masacrados
en su tierra ocupada.


(este poema fue escrito hace dos años, quizás más. la masacre es la misma. la muerte, que es terca, insiste en parecerse a la muerte)

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