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Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires, Argentina Demetrio Iramain nació en Buenos Aires, en mayo de 1973. Es poeta y periodista. Tiene algunos libros de poemas publicados, otros permanecen inéditos, y algunos textos suyos integran tres antologías poéticas editadas en el país. Dirigió la revista Sueños Compartidos y actualmente, ¡Ni un paso atrás!, ambas de la Asoiación Madres de Plaza de Mayo. Es columnista de Tiempo Argentino y Diario Registrado. En radio, co conduce el programa Pra frente (P’frenchi), en la AM 530, La Voz de las Madres.

sábado, 8 de octubre de 2011

 
 Saldrá a la venta con tiempo argentino

Presentaron la nueva revista de las Madres

Publicado el 7 de Octubre de 2011

La publicación ¡Ni un paso atrás! fue lanzada en un emotivo acto convocado en la Plaza de Mayo.
  Llovía y a la vez salía el sol y, como todos los jueves, las integrantes de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo caminaban, lento y con bastones, alrededor de la pirámide.“Cada jueves es mejor”, afirmó Hebe de Bonafini. Ayer, en el habitual escenario de la marcha de cada semana, se lanzó la revista ¡Ni un paso atrás!, la nueva publicación que se venderá en forma opcional junto con este diario todos los primeros viernes de cada mes.

El director de la nueva publicación, Demetrio Iramain, señaló que la plaza “es el mejor lugar para ver nacer una nueva propuesta comunicacional, ya que allí nació la primera estrategia en el peor momento pariendo este espacio político”.
Por su parte, el director de Tiempo Argentino, Roberto Caballero, destacó que “las Madres enseñaron que no hay que tenerle miedo al miedo y salieron a la plaza cuando los diarios aseguraban que nada había pasado”. Y subrayó: “Estos pañuelos nos pusieron en la senda de ser mejores, ustedes nos hicieron a nosotros.”

Por su parte, Bonafini destacó que las Madres tienen “enemigos poderosos que tienen 226 canales de televisión”. “Ellos no tienen al pueblo, sólo tienen plata y maldad. Ahora es hora de construir, de seguir amando a Néstor Kirchner y apoyar en octubre a la presidenta Cristina”, pidió la presidenta de la Asociación.

Bonafini destacó que la nueva publicación “fue posible gracias al decidido apoyo del SUTERH (Sindicato de Trabajadores de Edificios) y del Centro Cultural Caras y Caretas”. La tapa del primer número llevará la foto de una madre envuelta con el pañuelo blanco que desde atrás muestra la leyenda “Aparición con vida de los desaparecidos. Madres de Plaza de Mayo”.

La Asociación había emprendido su primera publicación mensual con la revista Sueños Compartidos, que salió a la venta desde agosto de 2009 hasta junio de este año. Además, la Asociación sostuvo durante años sus propios boletines, el diario de las Madres, con su legendaria sección Galería de Represores. A su vez, emitió programas de radio y desde hace seis años también sale al aire la radio La Voz de las Madres en AM 530.

Ayer, luego del acto de presentación de la revista, las agrupaciones de artistas Brigada Plástica y Cultura Vallese montaron un pequeño escenario en el que, mientras transmitían música electrónica salpicada de frases de los pueblos originarios, pintaban cuadros que luego serán ofrendados a la Asociación. Hebe movía los pies al ritmo y se sacaba fotos con los jóvenes.
 
 
 
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LANZAMIENTO DE ¡NI UN PASO ATRÁS!

¡Basta de atacar a las Madres!

Publicado el 7 de Octubre de 2011


Porota, al igual que sus compañeras de lucha, sabe que la vida, a pesar de todo, siempre da otra oportunidad, que no quita ni siquiera cuando todo se vuelve hostil, injusto, incomparablemente cruel.


Qué más quieren de ellas. Cuántos nuevos sufrimientos para estas mujeres que supieron enfrentar a la dictadura, hasta vencerla, si no a su fría y sanguinaria maquinaria de matar, sí a su huella perversa en la cultura de los argentinos.

Mercedes de Meroño tiene 86 años de edad. Porota, le dicen sus compañeras. Es la vicepresidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Si bien argentina de nacimiento, de muy niña debió viajar a España, expulsada por la dictadura de José Félix Uriburu, el primer golpista que padeció la patria. Corría el año 1931 en el país. En la Navarra de sus padres, sin embargo, no corrió mejor suerte. Tenía once años cuando su papá albañil, anarcosindicalista, fue fusilado en la España del Generalísimo, y a ella la raparon al cero para que todos los vecinos de su pueblo al norte de la Península Ibérica, en plena Pamplona, supieran el pecado mortal que traía consigo, como peste, esa niña. Niñísima, hija de trabajadores, sangre de republicanos: la exacta síntesis del demonio.   

Volvió a la Argentina en la que había nacido, de donde la habían echado junto con sus padres y sobre la que no sabía si pertenecía todavía, a sus 14 años. Apenas regresó, conoció al hombre que sería su marido y con quien tuvo una única hija, Alicia. A través del amor, tras formar su familia, su núcleo íntimo, creyó haber desterrado para siempre la injusticia, el dolor, la muerte, el odio que la perseguía desde la infancia. Sintió que, efectivamente, sí pertenecía a este país al sur del mundo, que parecía abrirle los brazos y darle otra oportunidad sobre la Tierra.

Pero cuando su hija creció y se hizo mujer, entendió que desterrar la injusticia, el dolor, la muerte, el odio de su familia, debía hacerse extensivo a todos sus iguales de clase. No privilegio propio, sino derecho compartido. Alicia fue militante revolucionaria y, como tantos y tantas de su generación, fue secuestrada y posteriormente desaparecida por la dictadura cívico-militar, cierto día de enero de 1978.

La de Alicia y Porota es la historia de vida de tantísimas otras familias argentinas, cuyos hijos pagaron con la muerte la osadía de haber soñado una patria sin dolor, sin injusticia, sin odio de una clase que domina por sobre la otra a la que explota sin compasión alguna. Una Madre: todas las Madres; el hijo o la hija propios: los 30 mil. Socialización de la maternidad, como le dicen ellas.

El caso de Porota, como el de sus compañeras que 35 años después de haber salido a la calle continúan portando el pañuelo blanco en la cabeza, no es igual al de cualquier otra madre de desaparecido que no marcha en Plaza de Mayo cada jueves, ni asume compromisos militantes como si de su esfuerzo y generosidad dependiera la suerte del mundo. Definitivamente, decir Madres de Plaza de Mayo no es lo mismo que aludir a “madres de desaparecidos”. Ni mejor, ni peor; sólo distinto. Otra cosa. Cuestión de clase.

El arrojo militante de Porota debe soportar, 86 años después de haber nacido, ya casi ciega, la carroña de los medios de comunicación del enemigo, que la siguen hasta España para ver qué hace o deja de hacer por entre esas calles donde alguna vez caminó rapada al ras, que tiene la sangre de su padre entre la tierra donde sigue creciendo la papa. “Mi mamá le decía ‘José María, no tenemos para comer’, y mi papá le contestaba ‘patatas para todos, Melchora’”, recordó Porota alguna vez.

Como ocurre todos los años para esta época en que el calor afloja en España y empieza a tirar lentamente de la cuerda en el Sur, Porota viajó al país de sus padres para visitar lo poco que le queda de su familia: los nietos. Para mirar con sus ojos que ya casi no leen, a los hijos de Alicia, su única hija, que ya la hicieron bisabuela. Su única descendencia. Su única descendencia de sangre, porque la otra –la política– hay muchos que la sienten como propia y la honran con su lucha.

¿Y qué dicen los medios que ni siquiera escriben bien su apellido, copiando el chisme que les acerca el ex apoderado de la Fundación? Que Mercedes “Melonio” se encuentra en España ordenando la “millonaria” cuenta bancaria que Schoklender denunció en la revista Noticias.

Nada más falso. Nada más cobarde. Como el extremo de inventar una pelea entre Hebe y su hija María Alejandra, para sugerir conflictos donde no los hay, escándalos donde hay firmeza de dientes apretados, nuevas estafas donde sólo hay dolor por la traición y fuerza para continuar de todos modos, contra todas las adversidades imaginables, la epopeya que conducen las Madres, sin dudas una de las más grandes de Occidente, y que nada ni nadie logra detener.

¿Ejemplo? La nueva revista de las Madres de Plaza de Mayo, que sale a la calle hoy, acompañando la edición de este diario. ¡Ni un paso atrás! se llama la publicación, y nació, como las mejores experiencias de lo humano, en los fuegos de la solidaridad: del Sindicato de Trabajadores de Edificios, y de los periodistas, fotógrafos e ilustradores que acompañan a las Madres, poniéndole el cuerpo a la más inmoral, la más infame, de todas las campañas de desprestigio que hayan sufrido alguna vez los pañuelos blancos y las valientes mujeres que los llevan con dignidad y orgullo atado en doble nudo bajo el mentón, sosteniéndoles la papada.

Porota, al igual que sus compañeras de lucha, sabe que la vida, a pesar de todo, siempre da otra oportunidad, que no quita ni siquiera cuando todo se vuelve hostil, injusto, incomparablemente cruel. Los traidores se arrepienten, defeccionan; la vida no. A los injustos, los despiadados, los incapaces de la mínima lealtad que quieren cobrarse con dinero o mentiras la infinita humanidad de las Madres, ellas, sin embargo, les dan otra revancha. Otra oportunidad sobre la Tierra: el jueves siguiente. Y los vuelven a vencer.

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