La foto es el mensaje
La foto, impensada hace unos años, no fue un simple saludo protocolar: tuvo varias significaciones políticas, buscadas deliberadamente.
El lugar del encuentro fue la cena anual de camaradería que el gremio de los jueces brinda a sus asociados, a la que asiste la crema del Poder Judicial. Por primera vez en años, esa cena expresó las disputas internas que se viven en los Tribunales. A la misma hora que el oficialismo de la lista Bordó descorchaba las primeras botellas de la noche, sus contrincantes de la lista Celeste hacían lo propio en un restorán de Puerto Madero.
A la cena "oficial" de la Asociación no fue invitado ningún representante del gobierno. Tampoco asistieron los jueces y fiscales que días antes habían firmado una solicitada por "Una Justicia legítima", que desmintió la presumida uniformidad de criterios corporativos que querían darle al Poder Judicial sus jueces más encumbrados. De ahí el mensaje cifrado de Piumato al acercarse hasta la comilona.
La noche del apretón de manos, la UEJN había comenzado un paro nacional de 36 horas de duración, en reclamo del cuarto aumento salarial de los últimos 12 meses (el quinto si se considera el anunciado el martes 18 para enero 2013), para el cual el máximo Tribunal necesitaba una expresa autorización de la Jefatura de Gabinete.
Esa política de la Corte Suprema siempre fue cuestionada por Piumato: para el dirigente, la Ley de Autarquía le permite a la Corte disponer con total soberanía sobre sus fondos y dictar soberanamente su política salarial, en tanto esté a la altura de lo que sucede en el resto del país. Después de todo, y aunque a veces no lo parezca, el Judicial es un poder del Estado de Derecho, que debe ir en sintonía con los otros dos.
Es por eso que entre 2003 y 2011, los reclamos de la UEJN siempre fueron formulados al máximo tribunal, pero desde que Moyano cruzó a la vereda del sol opositor, Piumato cambió la dirección de sus cañones y apunta sostenidamente a Cristina. El paro de 36 de horas, mientras el país vivía una fuerte tensión entre el poder político y la corporación judicial fue, sin dudas, contra la presidenta. ¿Manera sutil de tomar partido en el debate sobre la democratización del Poder Judicial?
Hace muchos años que la UEJN no realiza una medida dominguera de semejante cantidad de horas de duración, más impactante, sin embargo, por su enunciado que por su nivel de acatamiento. Ni siquiera en el breve período de Duhalde los judiciales pararon durante un día y medio, con una excepción: el ayuno en una carpa montada en Plaza Lavalle durante 11 días, en mayo de 2007, en reclamo del fin del trabajo esclavo en la Justicia, que los jueces llamaban "meritorios". Aquella lucha puso en jaque al elitismo judicial; las de ahora, son contra Cristina. Hay que remontarse a la época de De la Rúa para encontrar una medida política de igual intensidad contra el gobierno de turno. Otra definición, tan obvia como el apoyo dado por el partido de De la Rúa al acto de Moyano en Plaza de Mayo. Los vasos comunicantes del moyanismo llegan, vía Duhalde, hasta el PRO. Con la incorporación de la UCR, algunos hasta sueñan una Alianza de nuevo tipo, aunque de dudosa capacidad política. Como la vieja Alianza.
Entre mayo de 2003 y diciembre de 2011, la UEJN obró muy diferente. Acompañó al kirchnerismo en los peores escenarios, con tomas de posición ideológicas y políticas muy claras. Ante las más fuertes presiones de la derecha, que tiene su expresión en la juricatura argentina, Piumato supo oponer resistencia. Hasta denunció ante el Consejo de la Magistratura a Recondo y pidió su destitución por haber fallado a favor de Clarín en la causa Fibertel. Ahora, todo cambió. Qué importante sería que en las actuales circunstancias Piumato revitalizara aquella denuncia contra el camarista. Pero no. Los abrazos con Buzzi, la foto con Duhalde y las acciones conjuntas con Momo y Barrionuevo, ubicaron a Piumato a la derecha de la menguante reunión de gremios que marchan al despeñadero junto a Hugo Moyano. Sus años de prisión en la dictadura no alcanzan para justificar una imposible pirueta ideológica de 180 grados, que lo dejaron sentado de culo al lado de la Sociedad Rural. La UEJN está en el libro de los records: fue el primer gremio que paró contra el gobierno apenas Cristina asumió su segundo mandato. Fue el 20 de diciembre del año pasado, y con la misma excusa de superficie que ahora, aunque en el fondo había otra razón: dar testimonio de su apoyo incondicional a Moyano tras su desafío lanzado en Huracán cinco días antes, cuando dijo que el peronismo era una cáscara vacía.
Por lo demás, Piumato parece haber elegido el momento más inoportuno para sonreír delante de los fotógrafos mientras saludaba a Recondo. ¿O será todo lo contrario? El camarista de Clarín es un estorbo hasta para los propios integrantes de la lista Bordó. El ex subsecretario de Justicia de Alfonsín abraza como un oso. Quema lo que toca. Cuentan quienes concurrieron a la comida en el Crowne Plaza Panamericano, que era Recondo quien desfilaba por las mesas saludando a sus colegas, y no al revés. Con Piumato no hizo falta.
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