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Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires, Argentina Demetrio Iramain nació en Buenos Aires, en mayo de 1973. Es poeta y periodista. Tiene algunos libros de poemas publicados, otros permanecen inéditos, y algunos textos suyos integran tres antologías poéticas editadas en el país. Dirigió la revista Sueños Compartidos y actualmente, ¡Ni un paso atrás!, ambas de la Asoiación Madres de Plaza de Mayo. Es columnista de Tiempo Argentino y Diario Registrado. En radio, co conduce el programa Pra frente (P’frenchi), en la AM 530, La Voz de las Madres.

jueves, 10 de enero de 2013

malas palabras

¿Pueden imaginarse a Hebe presa?

¿El fiscal habrá pensado igual sobre Eduardo Buzzi, cuando dijo que había que "desgastar" al gobierno?

Lo único que le falta a la justicia de ojos siempre abiertos, atenta a las necesidades de última hora de las corporaciones económicas, es meter presa a Hebe de Bonafini. Si un juez federal hiciera caso a la acusación del fiscal Diego Nicholson y procesara a la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, estaríamos ante un salto cualitativo en los escándalos que es capaz de provocar el Poder Judicial. Seguramente se ahondaría la crisis de la justicia, que atraviesa una edificante discusión ideológica despachos adentro y cuya disputa alcanzó tomas de posición públicas.

Qué preocupada debe estar la derecha judicial al ver cómo crece la cantidad de jueces, fiscales, defensores y funcionarios que suscriben las solicitadas por "Una justicia legítima". Naturalmente, cuanto más democrática quiera ser la justicia, más retrógrados se volverán sus múltiples segmentos reaccionarios. Equilibrio de las especies, que se dice.


Es notable, pero en su presentación judicial el fiscal le imputa "lo vulgar de las palabras" de Hebe, no obstantes lo cual "esa exigencia no debe ser sólo entendido como provenientes de alguien de muy mala educación (sino) como partes de una misma acción intimidatoria". Las malas palabras. Hebe no aprende más.


Prisión a la emblemática Madre de Plaza de Mayo por presionar con malos modales a los jueces, no como hace Magnetto, que erosiona gobiernos democráticos a través del límpido recurso de la operación de prensa, ese genuino recurso de las corporaciones en las sociedades liberales. ¿No tienen acaso los pueblos derecho a peticionar y a reclamar públicamente por lo que creen justo?


¿El fiscal habrá pensado igual sobre Eduardo Buzzi, cuando el capo de la Federación Agraria dijo que había que "desgastar" al gobierno? Claro, Buzzi acababa de ganar la batalla legislativa por la Resolución 125. Por entonces, el partido de los dueños de la tierra contaba con un vicepresidente propio. ¿Qué juez o fiscal habría de procesarlo? Por otra parte, ¿no debieran ser los propios jueces de la Corte los que, si se sintieran amenazados por las Madres, solicitaran un refuerzo policial a sus custodias?


La justicia se permite ser coaccionada por los poderes fácticos, pero siempre con buena educación. ¿Alguna vez alguien leyó de los editores en jefe del diario La Nación una puteada? El mayor exabrupto de Clarín fue haber pedido el procesamiento de periodistas por el delito de lesa opinión, y si bien fue una barbaridad democrática, el barniz del discurso procesal penal lo disimuló bastante.


¿Dónde están que no se oyen los que decían que el Ministerio Público fiscal era un apéndice del oficialismo, cuyos magistrados estaban alineados a la conducción de la Procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbo?


En parte, no sería en vano que suceda. Si sobreviniera un procesamiento de Hebe se abrirían, por fin, las compuertas que mantienen cerrados, ajenos a la democracia, los tribunales, y que impiden verla a la Señora de ojos vendados cómo mira por debajo de la gasa. En ese caso, ni falta haría que las Madres pronuncien su discurso al fin de cada marcha de los jueves al pie de las escalinatas del Palacio, esquivando la caca de palomas. La democracia se merece de una vez que las formas se parezcan al fondo del asunto.

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